El buque ‘Ucadiz’ permite descubrir más de 150 pecios hundidos en la Bahía

Los pecios datan desde el siglo V a.C hasta la época contemporánea
Un momento del acto. / FOTO: AAM

El buque oceanográfico UCADIZ, atracado junto al Real Club Náutico de Algeciras, ha acogido la presentación de los resultados de la campaña realizada en el marco del proyecto Herakles en el barco oceanográfico de la Universidad de Cádiz y CEI·Mar. Investigadores de la UCA lideran este proyecto con la participación de un equipo científico internacional que ha permitido localizar más de 150 pecios hundidos, desde el siglo V a.C. hasta la época contemporánea, en la ballenera de Algeciras.

El profesor del departamento de Historia, Geografía y Filosofía y coordinador del máster en Arqueología Náutica y Subacuática de la UCA, Felipe Cerezo, en compañía del director General de Relaciones con El Campo de Gibraltar y la directora de secretariado del Vicerrectorado del Campus Bahía de Algeciras, Jesús Verdú y Marusa Arias, de la subdelegada de la Junta de Andalucía, Eva Pajares, de la teniente de alcalde y delegada de Cultura y Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de Algeciras, Pilar Pintor, y los concejales municipales de Deportes y Juventud, Ángel Martínez y Francisco Arango, respectivamente, de la Autoridad Portuaria Bahía de Algeciras, Juan A. Patrón, y de parte del equipo científico, ha detallado sus resultados en Algeciras. En esta semana, finalizarán sus estudios, que están centrados en la embarcación ligera, datada en el siglo XVIII, Puente Mayorga IV, que se encuentra en un estado excepcional de conservación. Después del verano, como ha anunciado Felipe Cerezo, continuarán las salidas a la Bahía para finalizar sus investigaciones entre septiembre y octubre.

El proyecto Herakles, impulsado por los investigadores de Arqueología Náutica y Subacuática de la Universidad de Cádiz, Alicia Arévalo y Felipe Cerezo, se desarrolla desde mayo de 2020 en la Bahía de Algeciras con el objetivo de documentar y hacer un estudio intensivo de diversas zonas arqueológicas subacuáticas para analizar y evaluar la historia marítima de la bahía, contextualizando el paisaje costero y los asentamientos portuarios de su entorno. Cuenta con la colaboración de una red de entidades como son la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras, al Parque Natural del Estrecho, el Ayuntamiento de Algeciras, el Museo de Algeciras, la Fundación Campus Tecnológico de Algeciras, la Delegación de Cultura y Patrimonio Histórico en Cádiz, las federaciones española y andaluza de Actividades Subacuáticas, FEDAS y FAAS, la empresa de Buceo Caetaria, la Guardia Civil y la Armada, a través del Instituto Hidrográfico de la Marina.

Puente Mayorga IV, conocido desde 2007 gracias al buceador local Enrique Jiménez Chacón, no había sido estudiado hasta la fecha, y corresponde a una embarcación ligera, de entre unos 16 metros de eslora. La abundante presencia de proyectiles, como ratifican los científicos de la UCA: “lleva a suponer que se trataría de una embarcación artillada, fechada a finales del siglo XVIII, cuyo pabellón aún no ha podido ser determinado”.

Los restos de este pecio se encuentran a tan solo tres metros de profundidad, “algo que favorecería un alto grado de exposición a la acción de microorganismos y a las dinámicas del fondo marino, dificultando la conservación de los restos y, en especial, de aquellos de tipo orgánico como madera, cabos, cuero y otros tejidos. Sin embargo, los sondeos realizados durante esta prospección, dirigida por el investigador Raúl González Gallero, han mostrado un excepcional estado de conservación de la estructura de la embarcación”. Esto permitirá a los arqueólogos subacuáticos estudiar y analizar la técnica constructiva, su arquitectura naval, y contrastar estos datos con la documentación histórica que han recopilado a lo largo del proyecto.

Por otra parte, las muestras tomadas pueden ayudarles a identificar el origen de la madera y a fechar la embarcación con mayor exactitud. Estas tareas están siendo coordinadas por un equipo que incluye a investigadores de diferentes países como Nicolás C. Ciarlo (Argentina) o José Bettencourt (Portugal) y a otras investigadoras de la Universidad de Cádiz, además de Felipe Cerezo y Raúl González: Soledad Solana Rubio y Carlota Pérez-Reverte.

Las embarcaciones ligeras como el Puente Mayorga IV, como han concretado en la presentación: “tenían una mayor maniobrabilidad que las grandes naves y eran utilizadas como complemento de estos navíos o de forma independiente. Podían impulsarse a vela o a remo y su agilidad unida a su potencia de fuego las convertía en embarcaciones eficaces y peligrosas, siendo muy utilizadas en esta época en diferentes conflictos bélicos”. El análisis de los proyectiles encontrados les permitirá identificar el tipo de cañón que portaba la nave para el combate. “No habría otra forma de hacerlo, puesto que en naufragios a tan poca profundidad las piezas de artillería se solían recuperar poco después del hundimiento”, han precisado.

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