Sobran las palabras, quedan las imágenes de una nueva visita apoteósica de Manolo García a la plaza de toros de Las Palomas como si no hubiera pasado el tiempo desde la primera vez que puso un pie en el coso de Algeciras con El Último de la Fila.
Las crónicas se quedan cortas para explicar lo que debe sentir a esta hora un fan del cantante catalán o sencillamente un amante de la buena música porque Manolo García es de esos artistas que gustan a todas la generaciones sin excepción.
Y así, en una noche agradable de final de verano, los ecos de El Último y los temas de siempre de la etapa en solitario del catalán levantarán a los nueve mil espectadores que prácticamente colgaron el cartel de no hay localidades.